Historia Del Botulismo

La palabra Botulismo procede del latín Botulus, que significa salsa, pues se sospechaba que la enfermedad se originaba en la salsa de carne.

El botulismo es producido por una toxina del bacilo Clostridium Botulinum, que es una bacteria anaerobia, gran positiva y que forma esporas.

Se localiza en el suelo y en sedimentos acuáticos. Es considerado el veneno mas poderoso que existe.

En la actualidad, el botulismo como enfermedad se encuentra relacionado con la ingesta de latas de alimento contaminadas (abombadas) y con la ingesta de miel virgen en menores de 2 años.

Los primeros reportes del botulismo vienen del antiguo Egipto. En Europa se consideraba la enfermedad de los comedores de salchicha, porque las condiciones de su preparación no eran higiénicas.

Desde 1795 se presentaron epidemias durante las Guerras Napoleónica, debido a las deficiencias sanitarias de los campos de batalla.

El botulismo fue descrito por primera vez en Alemania por el Dr. Justinus Kerner (1817), quien realizó estudios en animales y experimentó los efectos de la toxina en su propio cuerpo, fue el primero en desarrollar la hipótesis de que el Clostridium producía debilidad por medio de una toxina, así mismo, sugirió medidas de prevención y tratamiento para el botulismo, planteando por primera vez el uso terapéutico de la toxina botulínica.

Historia de la Toxina Botulínica

Es hasta 1980 en que Alan Scott utiliza por primera vez la toxina botulínica en el tratamiento del estrabismo, indicación que persiste hoy en día. En 1987, la Dra Jean Carruthers, ayudant del Dr. Scott, utiliza por primera vez con éxito la toxina botulínica en el blefaroespasmo, dándose cuenta que desaparecían las arrugas de los pacientes a los que se les aplicaba. Por ello, junto con su esposo el Dr. Alastair Carruthers, comercializan el uso de toxina botulínica en el mercado estético para el tratamiento de las arrugas, con resultados impresionantes hasta el día de hoy.