En 1980 Alan Scott utilizo la toxina botulínica para tratar algunos casos de estrabismo. En 1987 la Dra. Jean Carruthers utilizo la toxina botulínica para tratar el blefaroespasmo, durante sus estudios se percato que a algunos de sus pacientes se les desvanecían las arrugas de alrededor de los ojos, iniciando la comercialización de la toxina botulínica para uso cosmético. Otra coincidencia ocurrió en 1991 cuando William Binder observo que las personas con migraña, mejoraban al aplicárseles toxina botulínica con fines cosméticos.
Se calcula que al menos el 2 % de población sufre de migraña. Actualmente se considera que la utilidad de la toxina botulínica se encuentra en casos de migraña crónica. Entendiendo como tal la cefalea que dura mas de 15 dias al mes, con rasgos claramente migrañosos en al menos 8 dias, esto es, sensibilidad a la luz, al sonido, nauseas y con dolor de moderado a severo.
La técnica de aplicación para la abobotulinumtoxin A es diluir una ampolleta de 500 u en 5 cc de solución salina, aplicando en músculos: corrugador, prócerus, frontal, temporal, occipital y trapecio, alrededor de 50 u en cada punto, para un total de 250 a 500 u, tomando en cuenta que el frontal, temporal y trapecio pueden tener de 2 a 4 sitios de aplicación de acuerdo a las características del dolor. En caso de que clínicamente se aprecie contractura de maceteros, se aplicara 40 u. en cada uno.
El efecto de la toxina botulínica dura de 5 a 6 meses en la primera aplicación, extendiéndose progresivamente su duración con cada nueva infiltración. Un punto importante es que la toxina botulínica se puede combinar con otros medicamentos como el topiramato y la amitriptilina.
La toxina botulínica es muy eficaz en la migraña, ya que disminuye el número e intensidad de los cuadros de dolor, reduciendo el consumo de medicamentos, es segura y bien tolerada y sobre todo, mejora la calidad de vida de los pacientes.
Conclusiones:
1.-Solamente se debe utilizar la toxina botulínica en los casos de migraña crónica que no ha cedido con el tratamiento farmacológico tradicional.
2.- La aplicación de la toxina botulínica debe ser realizada por una persona capacitada y con experiencia en el procedimiento.
3.- La migraña crónica debe ser correctamente diagnosticada para excluir otras formas de cefalea.
4.- Algunos tipos de migraña se deben al abuso de analgésicos, los cuales se deben retirar cuatro semanas antes para evaluar los resultados. Es conveniente pedirle al paciente que lleve un diario de cefaleas y migrañas donde anote la forma, frecuencia, duración y características de la cefalea y migrañas.
5.- En algunos pacientes la toxina botulínica empieza su efecto desde el primer día de aplicación y algunos otros puede tardar una semana en iniciar su efecto. La duración del efecto puede variar de 5 a 6 meses, incrementándose en las aplicaciones sucesivas.
Bibliografía:
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