CADENAS MUSCULOFASCIALES FISIOLOGICAS

Ningún Músculo trabaja solo, todos se encuentran dentro de un sistema de fuerzas llamado cadenas musculofasciales.
Los músculos presentan una cubierta de tejido conjuntivo (fascia), que envuelve al músculo y lo comunica anatómica y funcionalmente con otros músculos en forma de cadenas musculofasciales. Cuando dos o más músculos trabajan en forma sinérgica, se dice que componen una misma cadena.
Cada articulación posee un rango fisiológico de movimiento que depende de una buena relación articular y del equilibrio de tensiones en los músculos que participan en ella.
Si cambia un vector de fuerza muscular, se modifica toda la mecánica de la articulación, asi como su rango de movilidad.
Todas las cadenas musculofasciales están unidas entre si, para mantener la postura, el equilibrio muscular y los movimientos.
A partir de tres movimientos básicos: flexión, extensión y torsión, las cadenas musculofasciales realizan todas las variaciones de movimiento.
Existen 2 tipos de cadenas musculofasciales: rectas y cruzadas.
Las cadenas musculofasciales rectas tienen como función el enrollamiento y el enderezamiento. Por ejemplo, durante la acción de enrollamiento la cadena de flexión enrolla el tronco, replegándolo sobre si mismo; con la cadena de extensión, el tronco recupera su equilibrio por medio del enderezamiento.
Las cadenas cruzadas aseguran el movimiento de torsión. Están construidas a partir de dos planos musculares que unen la mitad izquierda del tronco con la mitad derecha. El movimiento desencadenado por el sistema de cadenas cruzadas tiende a preservar el equilibrio del cuerpo en movimiento. Por ejemplo, al caminar cuando el hombro izquierdo va hacia adelante y hacia abajo, el hombro derecho va hacia atrás y arriba.
La cadena de apertura en miembros inferiores produce apertura o desplegamiento del iliaco, abducción del fémur (varo de cadera), rotación externa del fémur, rotación externa de la tibia (varo de rodilla) y pie supinado.
La cadena de cierre produce cierre del miembro inferior o replegamiento con cierre iliaco, aducción del fémur (valgo de cadera), rotación interna del fémur, rotación interna de la tibia, valgo de rodilla, pronación del pie y hallus valgus.
En un esquema estático existe un equilibrio entre las cadenas rectas y el sistema antigravitatorio. Este está formado por las cadenas óseas, fasciales y articulares, su función es de resorte. Durante el envejecimiento dominan las cadenas rectas.
En el esquema dinámico hay un equilibrio entre la cadena recta, la cadena cruzada y el sistema antigravitatorios.
En los miembros inferiores la cadena de flexión produce flexión del miembro inferior o encurvamiento con flexión de iliaco, cadera, rodilla, tobillo, bóveda plantar y dedos,  con dedos en martillo.
La cadera extensora provoca extensión o desenrollamiento de iliaco, cadera, rodilla (recurvatum), tobillo, bóveda plantar y dedos de los pies, con apoyo en la cabeza de los metatarsianos.

CADENAS MUSCULOFASCIALES ESPASTICAS

Partiendo de la máxima neurofisiológica que “el cerebro no sabe de músculos, solo sabe de movimientos “,  se puede establecer que cuando el cerebro sufre una lesión en las vías motoras, tanto piramidal como extrapiramidal, se producen en los pacientes alteraciones en los patrones de movimiento.
En la clínica encontramos con frecuencia, que la espasticidad es el cuadro pivote de las lesiones cerebrales y que esta se manifiesta no en músculos aislados, sino más bien,  afecta cadenas musculares que efectúan patrones musculares específicos.
Las afectaciones topográficas marcan diferencias en cuanto al tipo de cadenas musculofasciales desarrolladas; así, en las hemiplejias y monoparesias predominan las cadenas rectas, mientras que en las paraparesias, triparesias y cuadriparesias espásticas, podemos encontrar cadenas rectas combinadas con cadenas cruzadas.
En la hemiplejia espástica, se puede encontrar en miembros superiores una cadena musculofascial recta larga, que se inicia con espasticidad en los músculos escapulares, sobre todo en el músculo subescapular, que ocasiona hipomovilidad de la escápula, con pérdida del ritmo glenohumeral  y limitación de la movilidad de toda la extremidad, así como lesiones tendinosas, desgarros y dolor. Esta cadena involucra al resto de los músculos rotadores internos (pectoral mayor, dorsal ancho), dificultan la rotación externa y la extensión del hombro,  al afectar al pectoral mayor, la cadena espástica de hombro, también se vuelve aductora, impidiendo la abducción de hombro.  A nivel del codo, la cadena hemipléjica espástica flexora, involucra al bíceps y a los pronadores redondo y cuadrado, volviéndose flexora y pronador de antebrazo. En la muñeca , la cadena espástica flexora involucra a los músculos flexores de muñeca (palmar mayor y palmar menor), pudiendo presentarse alineada la muñeca o con desviación hacia el borde radial o hacia el borde cubital. Finalmente a nivel de la mano, la cadena espástica flexora involucra a los músculos flexores superficial y profundo de los dedos, a los músculos interóseos palmares, volviéndose flexora aductora de los dedos y, con frecuencia, termina con aducción y oponencia del primer dedo.
En la cuadriparesia espástica, observamos en los miembros inferiores,  una cadena musculofascial espástica cruzada, que se  inicia con espasticidad en músculos sacrolumbares y cuadrados lumbares, que fijan la pelvis, impidiendo su libre desplazamiento. De una hemipelvis, la cadena se puede cruzar hacia los músculos paravertebrales y abdominales contralaterales, ocasionando escoliosis,  xifosis y deformaciones toráxicas.  A nivel de la cadera, el principal músculo involucrado es el psoas iliaco, debido a su vecindad con las costillas y la columna lumbar, cuando se afecta por espasticidad, puede producir escoliosis, o bien, hiperlordosis lumbar con pérdida del ritmo lumbopelvico. Esta cadena espástica flexora, se transforma en flexora -aductora, cuando participan  en el proceso los músculos aductores de cadera (pectíneo, aductor mayor, aductor medio, aductor menor y recto interno) y flexora-aductora-rotadora interna, cuando se agregan a la cadena los rotadores internos:  glúteo medio y tensor de la fascia lata. Lo anterior tiene que ver acerca de los vectores de fuerza del psoas iliaco, que propician además de flexión de cadera, aducción y rotación interna. A nivel de la rodilla la cadena es flexora, al participar los flexores de rodilla, los músculos semimembranoso y semitendinoso. A nivel del tobillo, la contractura de sóleo y gemelos hace a la cadena flexora plantar, esta puede ser  simétrica, o presentar desviaciones es varo (si predomina el tibial posterior) o valgo del tobillo (si predominan los peroneos). La cadena musculofascial espástica cruzada de miembros inferiores termina con desviación de los dedos en flexión o en extensión.

IMPLICACIONES TERAPEUTICAS
Las lesiones cerebrales y uno de sus signos más evidentes, la espasticidad, son procesos complejos que son necesarios conocer para poder realizar tratamientos médicos y rehabilitatorios racionales. El pensar en forma de cadenas musculofasciales espásticas nos permite visualizar estrategias congruentes con la fisiopatología y la anatomía de todo el conjunto que interviene en el síndrome espástico; tanto las vías neurológicas cerebrales, los reflejos de estiramiento y  la inervación recíproca.
La rehabilitación de los pacientes espásticos debe basarse en el principio de cadenas espásticas y debe inciarse en la base de la cadena para poder avanzar en los equilibrios y eliminado los elementos obstructores como son la pérdida de los ritmos glenohumeral, en los miembros superiores, y lumbopelvico, en los miembros inferiores. De esta manera, debemos empezar con disociación del hombro y cadera, estiramiento de músculos contracturados como subescapular en el hombro y psoas iliaco en la cadera, así como fortalecimiento a los músculos antagónicos: rotadores internos en miembros superiores (infraespinoso y redondo menor) y extensor de cadera en miembro inferior (glúteo mayor). En segundo lugar deberemos estirar aductores de hombro y de cadera, así como fortalecimiento de antagónicos: deltoides medio en el hombro y glúteo medio en la cadera.
Además del estiramiento de músculos agónicos y del fortalecimiento de los músculos antagónicos, se requiere complementar el manejo con órtesis en abducción de hombro y cadera, así como medicamentos relajantes musculares: baclofeno, tiacidina o toxina botulínica. Sucesivamente deberemos trabajar en la relajación de la cadena flexora de codo-muñeca-mano y de la rodilla-tobillo-pie.
En conclusión, la espasticidad se expresa en forma de cadenas musculofasciales que ocasionan desequilibrios musculares con afectación a la postura y el movimiento. El objetivo de la rehabilitación debe ser restituir el equilibrio muscular, encaminado a mejorar la postura y  a lograr patrones de movimiento más eficientes.

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