La hiperhidorsis es el aumento en la producción de sudor, afecta el .5 % de la población mundial y en ocasiones causa discapacidad laboral y social. Resulta de la sobreactividad de las glándulas sudoríparas en palmas, plantas de los pies, axilas y cara.
La causa de la hiperhidrosis puede ser una alteración anatómica o funcional de las glándulas sudoríparas, por efecto de medicamentos o por hiperactividad del sistema nervioso simpático.
La sudoración sirve para regular la temperatura del cuerpo, tiene dos fases, la primera es cuando se libera acetilcolina desde las terminaciones nerviosas simpáticas e induce la secreción de un fluido similar al plasma, en la segunda fase, se reabsorbe el sodio en el ducto de la glándula para producir el sudor.
El centro de control de la sudoración se encuentra en el hipotálamo, quien recibe información de la temperatura del centro del cuerpo, músculos y piel. Cuando sube la temperatura, este centro responde con sudoración generalizada, vasodilatación y polipnea. Además, responde a estímulos psicológicos transmitidos a través del sistema límbico.
Del hipotálamo, las fibras descienden a la médula espinal y de ahí a las raíces anteriores hasta la cadena ganglionar simpática. Los nervios periféricos, hacen relevo en los ganglios simpáticos hasta llegar a las glándulas sudoríparas. Aunque el mediador químico en el sistema nervioso simpático es la noradrenalina, en el caso de las glándulas sudoríparas es la acetilcolina.
La hiperhidrosis idiopática tiene una tendencia familiar, los pacientes tienen un umbral bajo para la sudoración emocional, tienen un aumento de la actividad nerviosa simpática y una disfunción autonómica. Se puede acompañar de complicaciones en la piel como maceración e infecciones. Lo anterior disminuye considerablemente la calidad de vida de los pacientes.
El diagnóstico de hiperhidrosis es clínico, pero con frecuencia se utiliza el método de colorimetría (test de Minor), que consiste en impregnar la superficie de la piel de axilas, palmas y plantas de los pies con alcohol yodado, una vez seca la piel, se espolvorea con almidón. Este procedimiento permite identificar las gotas de sudor como puntos azules en las diferentes glándulas sudoríparas.
La aplicación de la toxina botulínica A es el tratamiento de elección para el manejo de la hiperhidrosis, supera a los tratamientos quirúrgicos y tópicos.
Técnica de Aplicación:
- Se aplica xilocaína spray al 10 % en el área de sudoración excesiva.
- Se pinta la zona con alcohol yodado al 2 %, una vez que seca, se expolvorea almidón para que las glándulas secretorias se tiñan de azùl.
- Una vez determinada el área de mayor contenido de glándulas sudoríparas, se realiza un cuadriculado de 1 cm cuadrado.
- Se diluye una ampolleta de Abobotulinum toxin A de 500 u. en 5 cm de solución fisiológica al .9 %, de esta manera, cada 1 ml de la solución final tendrá 10 u de toxina botulínica A. Se utiliza agujas de 27 G.
- Previa asepsia y antisepsia de la región, se aplican 10 u de toxina botulínica A en el centro de cada cuadro en la dermis profunda, la inyección debe ser lenta y cuidadosa, aspirando previamente para evitarlos vasos sanguíneos importantes.
- El efecto de disminución del sudor inicia de 12 a 24 hrs después de la aplicación, con una máxima respuesta a los 3 días y una duración del efecto de 4 a 6 meses, después de los cuales se puede volver a aplicar el medicamento.
Conclusiones:
- La toxina botulínica A es útil en casos de hiperhidrosis resistentes a otros tratamientos.
- Con la aplicación de toxina Botulínica A, los pacientes con hiperhidrosis mejoran su calidad de vida.
- La mejoría con la toxina botulínica A oscila entre una disminución del 40 al 60 % de la sudoración.
- La aplicación de toxina botulínica A es un procedimiento seguro, eficaz y sencillo, al alcance de la mano de cualquier médico y se puede realiza en el consultorio.
- Para mejorar los resultados se debe emplear el test de Minor y la técnica de cuadriculado.
Bibliografía:
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